La puesta en marcha de una idea de negocio requiere realizar una serie de estudios que contribuyan a identificar los aspectos que van a influir en el lanzamiento y desarrollo futuro del proyecto empresarial.
• Emprender solo. Es recomendable emprender acompañado. Sólo así se accede a información completa e importante, se minimiza la posibilidad de omitir u olvidar cuestiones esenciales, y se pueden detectar carencias en diversas áreas.
• Centrarse en una sola idea. En ocasiones el emprendedor o emprendedora se centra en una sola idea, tal y como la concibe en su cabeza, sin averiguar antes si existe realmente mercado para ella. Investigar, analizar el mercado, los negocios ya existentes, y ser capaz de trabajar o "pulir" esa idea, son aspectos importantes que han de ser abordados ya en los primeros momentos. En ocasiones, en este primer análisis de "pre- viabilidad" puede ocurrir que no sea definitivamente recomendable el desarrollo de esa idea. En otras ocasiones, basta modificar algún aspecto para poder comenzar a trabajar esa idea en un Plan de Empresa.
• No formarse adecuadamente. Los conocimientos que la persona emprendedora tenga en su área de actividad, generalmente distan de los conocimientos necesarios para gestionar o dirigir una empresa. Es importante complementar la formación propia con la formación en el área empresarial.
• No desarrollar un Plan de Empresa. Se cree erróneamente que el Plan de Empresa no es necesario, si se tienen las ideas muy claras. Esta creencia lleva a cometer errores como pueden ser el no encontrar la financiación necesaria, y algo que es más frecuente de lo que se cree; "meterse en demasiado" o dicho de otro modo, solicitar más financiación de la realmente necesaria.
En definitiva, todo ese esfuerzo de búsqueda de información, de reflexión y de planificación del negocio debe de quedar reflejado en un documento: el Plan de Empresa. La elaboración del Plan de Empresa es una tarea que requiere tiempo y esfuerzo, por ello siempre es recomendable para todo emprendedor/a que tenga una iniciativa empresarial, acudir a asesoramiento especializado.
Todos los proyectos tienen elementos comunes y otros que los definen como singulares. Por ello las pautas que aquí se describen han de ser adaptadas a cada proyecto en particular.
Al final del proceso de elaboración del Plan de Empresa, el emprendedor/a debe estar completamente convencido/a de las posibilidades de éxito de que dispone teniendo siempre presente los riesgos y los puntos claves del proyecto.